Desde mi experiencia, la elección de una bicicleta de triatlón va a estar condicionada por la distancia en la que vayamos a competir, desde un triatlón olímpico, Ironman 70.3, Ironman u otras distancias, además de la inversión económica que queremos y/o podamos invertir.
Una bici es un continuo goteo de dinero; cuando no son las ruedas, son las cubiertas nuevas que han sacado en el mercado, cuando queremos cambiar la transmisión, los pedales, el manillar, pintar la bici para darle otro aire…o directamente comprar otra nueva.
En relación a todo esto y miles de detalles más, compraremos nuestra bici de triatlón; para mí, antes de meternos en componentes, marcas y modelos, etc. lo más importante a la hora de decidirnos por un modelo u otro, es que el efecto visual al verla sea que nos guste.
La bicicleta de triatlón es una bicicleta diseñada para luchar contra el crono, a nivel postural, lograr la menor resistencia aerodinámica posible sin ver alterada la eficiencia biomecánica, sacar el mayor rendimiento posible a cada golpe de pedal, nuestra posición y rendimiento plasmado al final de todo en el tiempo empleado en cubrir la distancia.
Todo suma y todo resta en lo que se refiere a aerodinámica: lo más importante es que seas capaz de mantener esa posición tan agresiva en el mayor tiempo posible. Quien diga que después de 180km de bici bien acoplado en un Ironman, independientemente del tiempo que hagas, ha estado cómodo…
Pero, ¿es lo mismo una bici de triatlón que una bici de contrarreloj? Las diferencias son evidentes y las podemos identificar de forma rápida como la geometría, construcción, ajustes, sistemas de almacenamiento e hidratación (integrados o con la posibilidad de agregarlos)…aunque en ocasiones los fabricantes ofrecen el mismo modelo permitiendo así los reajustes necesarios.
Para un ciclista, el día de la contrarreloj, debe de exprimirse al máximo hasta cruzar la línea de meta dándolo absolutamente todo; posición en la bici, el casco, el mono integral de crono, la no dosificación del esfuerzo, etc diversos factores. Por el contrario, el triatleta al igual que el contrarrelojista, debe de darlo todo igualmente en el segmento de bici, pero continúa la competición; después hay que correr una maratón, un medio maratón, diez kilómetros…esfuerzos “iguales pero distintos”.
Entre otros muchos factores que veremos a continuación en relación al material deportivo, aerodinámica, biomecánica y posición, van unidos de la mano para lograr sacar el mayor rendimiento posible durante la competición; dejo los links referentes a estos tres conceptos: aerodinámica, biomecánica y la utilización de una herramienta como es la electro estimulación, para trabajar nuestra posición en relación al retraso de la fatiga muscular, que escribí hace tiempo, para aportar más información a este artículo sobre las bicicletas de triatlón y el material deportivo.
Además del perfil, encontraremos otros tipos de ruedas como las lenticulares, o incluso las ruedas de bastones; aquí entra en juego nuestra economía, además de saber combinar ruedas de perfil delantera y trasera, o incluso un añadido más como puedan ser las ruedas lenticulares.
Un ejemplo podría ser, una rueda delantera de perfil 80 o 90 mm y la rueda lenticular trasera…una rueda delantera de 60 mm y la rueda trasera de 80 mm…o incluso para días de poco viento, en la parte delantera llevar una rueda de bastones, etc.
Está claro una cosa: si queremos unas ruedas que pesen poco, que sean más aerodinámicas, que tengan esa rigidez y que saquemos mayor rendimiento a nuestras pedaladas, tenemos que apostar e invertir nuestro dinero en ruedas de carbono…más caras si, pero mucho mejores son sus prestaciones que las ruedas de aluminio.
El peso es importante, y salvo que en nuestras competiciones, el perfil del segmento de bicicleta sea muy montañero con grandes desniveles acumulados, la aerodinámica primará siempre sobre la ligereza; en llano, el 80% de la resistencia a nuestro avance es aerodinámica.
Hay que conocernos mucho, saber en qué estado de forma nos encontramos y si somos lo suficientemente fuertes para mover tantos vatios de potencia y mantenerlos en el tiempo, con las ruedas que llevamos. De nada sirve “vestir” nuestra bici con unas ruedas espectaculares si al final se van a convertir en un auténtico lastre, no sólo por su peso sino porque no sabremos tener la soltura o esa maniobrabilidad que requieren este tipo de ruedas.
Como he comentado anteriormente, la elección de nuestras ruedas irá en relación al perfil del segmento, y la distancia que vayamos a recorrer…podemos ganar aproximadamente 500 o 700 gramos de ligereza en unas ruedas escaladoras con respecto a otras ruedas montadas en nuestra bici, como una lenticular atrás y de 90 mm delante; sí, ganaremos minutos escalando con unas ruedas u otras en diversos y puntuales tramos de la prueba del segmento, pero una vez en llano, perderemos muchos más minutos (haciendo referencia a una prueba de larga distancia claro, por ejemplo si en 180km sabemos que 60km serán kilómetros escaladores y los otros 120km son kilómetros llanos para ir acoplado). Si la prueba es de corta distancia y con desnivel positivo acumulado, por supuesto que ruedas más ligeras y escaladoras… las ruedas lenticulares y de perfil alto nos hará perder muchos minutos.
Ruedas lenticulares; metidos ya en perfiles de nuestras ruedas, está claro que unos de los aspectos más importantes en la elección de nuestras ruedas es la aerodinámica; dicho de otra manera, apostar por una rueda lenticular trasera y una rueda de un perfil de 80-90 mm en la parte delantera, para mí, es la mejor elección…o incluso en esa parte delantera, llevar una “rueda de palos”, caracterizadas por un perfil muy aerodinámico, en vez de radios, poseen “palos” en forma de gota de agua en los bordes de ataque y bordes de fuga, con un perfil aproximado de ± 55 mm. Son ruedas con muy buenas prestaciones de peso, inercia, aerodinámica y estéticamente visten mucho a nuestra bicicleta, pero como todas las ruedas tienen sus pros y sus contras dependiendo del perfil y características del terreno, condiciones climáticas, diferentes situaciones que nos podemos encontrar durante la competición, etc.
Las ruedas lenticulares pesan aproximadamente ± 350 gramos más que una rueda de perfil de 90 mm… está claro que hay que estar fuertes para moverlo. En una distancia 70.3 o incluso en Ironman, cuenta el tiempo que pasamos en cada sector, y más en concreto en el segmento de bici, donde en pruebas de larga distancia es lo que marca principalmente el tiempo final de la prueba.
Las ruedas lenticulares son ruedas de radios con láminas de carbono pegadas, siendo la rigidez estructural de la rueda, la propia de las ruedas de radios mientras que el comportamiento aerodinámico es el otorgado por la forma…un dato sobre los radios: para conocer realmente la resistencia de una rueda, hay que tener en cuenta numerosos factores como los pares de tracción, las fuerzas laterales, el equilibrado en el apriete, la inercia producida por la velocidad de desplazamiento, etc.
Partiendo de estos factores podemos decir que el material del que está compuesto un radio de acero (de 2 mm por ejemplo) le permite soportar cargas de rotura superiores a los 1.000 newton por cada milímetro cuadrado. Esta es la teoría ya que debido al trabajo lateral que desempeñan en la zona de la curvatura de la cabeza y a la debilidad de la rosca de las cabecillas, sólo soportan fuerzas de tracción inferiores a 200 kg.
Según un meticuloso informe realizado en la década del año 2000, la empresa SAPIM, un radio de 2 mm con cabecilla de latón tiene un límite de trabajo de 190 kg, que se reduce hasta 170 kg cuando se utilizan cabecillas de aluminio; si multiplicamos esos 170 o 190 kg por el número de radios que tiene una rueda podemos llegar a conocer la resistencia estática de la rueda, es decir, haciendo un cálculo…una rueda de 36 radios puede soportar cargas uniformemente aplicadas, de más de 6.000 kg. (datos sacados de “ciclismo a fondo: la historia de las ruedas”).
Tanto las ruedas de perfiles altos como en las lenticulares, la mejor elección será que ese perfil o esa estructura totalmente tapada (lenticular) tenga forma de “lente”, es decir, que estén como “abombadas” en los laterales para que sean mucho más aerodinámicas; los perfiles planos son menos aerodinámicos…las ruedas lenticulares “planas” se utilizan en pistas.
De los peores enemigos, por no decir el que más, que tiene un ciclista, es el viento…si hablamos de ruedas, la ganancia de velocidad o el ahorro de potencia viene dado de cómo pasa el aire a través de esas ruedas: si que es cierto que un día de un “ventarrón huracanado” no vamos a poner unos perfiles muy altos ni ruedas lenticulares, pero no nos engañemos que con un mínimo de viento, nuestras ruedas “empezarán a trabajar”. No es muy atípico ver por ejemplo en el Ironman de Lanzarote, famoso por su dureza en el perfil de la bici y por el viento que hace, ver a triatletas con ruedas lenticulares atrás y perfiles altos en las ruedas delanteras (condiciones de viento 0 km/h sería lo soñado por cualquiera).
En mi opinión, en larga distancia (Ironman – 180km), si tenemos en todo el perfil del segmento de bici un puerto de montaña de 5 km por ejemplo y aproximadamente 700 metros de desnivel positivo acumulado, no por eso debemos de dejar de apostar por una rueda lenticular, ya que el tiempo que podamos perder subiendo ese puerto, lo recuperaremos en el llano (180km dan para mucho).
Tipos de neumáticos; dentro de los diferentes componentes y partes de una rueda, los dos principales son la llanta y el neumático, donde la llanta es el aro exterior, donde se encaja la cubierta y se ensamblan los radios.
Los neumáticos pueden ser de tres tipos: de cámara, tubeless (sin cámara) y tubulares.
Tradicionalmente, las ruedas tubulares eran las que estaban en el top 1 en lo que refiere a instalación de ruedas en ciclismo; los tiempos cambian, con un desarrollo en calidad de rodadura de las cubiertas y mejores llantas para cubierta que son cada vez más ligeras.
Por otra parte, el engorro que conlleva cambiar un tubular cuando sufrimos un pinchazo, no tiene nada que ver con la sencillez y rapidez de una cubierta con su cámara; también depende de la destreza de cada uno, también es verdad…en mi opinión, con los avances y los estudios tecnológicos realizados en el mercado, la mejor elección, cubierta.
Debemos de tener unos neumáticos para entrenar, y otro juego para competiciones; el ancho de los neumáticos va desde 19 a 32 mm siendo los neumáticos de 25 mm una de las mejores opciones. Unos de los grandes dilemas sobre cuál es la presión que debemos meter a las ruedas…tan fácil como las indicaciones del fabricante que aparecen en ellas, ni más ni menos.
Los rodamientos; en el mundo del ciclismo, cada gramo, cada vatio, cada pulsación ¡cuenta!…aprovechando los grandes avances tecnológicos al servicio del deporte, los expertos buscan los elementos más ligeros para obtener así el máximo rendimiento con el mínimo esfuerzo posible.
Los grandes equipos ciclistas, triatletas, ciclismo en pista, bicicletas de montaña, etc. se están decantando por emplear rodamientos cerámicos en sus bicicletas…pero, ¿son realmente éstos rodamientos más eficientes que los convencionales? Definitivamente si en todos los sentidos; un dato es que podemos llegar a ahorrar de 6 a 10 vatios con este tipo de rodamientos, reduciendo así la energía empleada para pedalear al reducir la fricción, reduce la temperatura (calor) y aumenta la velocidad, que en este aspecto, la velocidad, los rodamientos cerámicos funcionan mucho mejor.
¿Por qué se siguen utilizando los rodamientos convencionales? Por el precio. Todo lo que sea mayor calidad es igual a mayor precio…los rodamientos cerámicos suelen tener una durabilidad de hasta 10 veces más que uno convencional; si te puedes permitir equipar a tu bicicleta con estos rodamientos, adelante con ellos, por el contrario, tendrás que usar los de acero de toda la vida.
Nos encontraremos con rodamientos sellados, que aparecen en el mercado seguramente por no requerir un mantenimiento y engrasado tan laborioso como el que exigen los de Shimano, y los rodamientos abiertos de bolas y conos que presentan la ventaja de ser más asequibles.
Bujes, ejes, cierres y roldanas; todo pesa y todo suma…en este caso negativamente ya que a veces en los pequeños detalles, es donde marca la diferencia de cómo quitar peso a nuestra bicicleta además de equiparla con material de calidad.
La calidad de los componentes y el mínimo peso se paga, es evidente, pero cuando vemos que nos resulta imposible bajar gramos al peso de nuestra bici…en esos pequeños detalles, como los cierres, los ejes, roldanas, o incluso la propia tornillería, podemos arañar gramos a los gramos, y al final coger una báscula y ver que hemos podido quitar otros 200, 300, o 400 gramos del peso inicial.
Aunque no se le preste mucha atención, los bujes son piezas fundamentales y determinantes en el comportamiento de nuestras ruedas. Dentro de éstos, nos encontramos los rodamientos, (citados anteriormente), que ejercen de intermediarios entre la rueda y el peso del ciclista, es por esto la relevancia de su papel en la distribución de fuerzas y en la búsqueda de la eficiencia a la hora de rodar.
Encontraremos sistemas sellados utilizados por la gran mayoría, o como Shimano, que se mantiene firme en la defensa de la tradicional configuración de bolas y conos, según ellos, las más apropiadas para soportar mejor las fuerzas oblicuas.
En cuanto a la construcción de los bujes, y en concreto los materiales, acero y aluminio son los aparecen con mayor frecuencia, siendo el acero de mayor peso, el más utilizado para gamas más económicas. El aluminio es el más utilizado por la resistencia y el peso más ligero que presentan, aunque podemos encontrar bujes de carbono o incluso de titanio, reservados para piezas concretas en bicicletas de gamas muy altas.
Los tamaños en bujes de carretera hay gran diversidad en el mercado y es complicado fijar alguna medida estándar; existen incluso adaptadores que podemos usar con ejes de menor diámetro en bujes de mayores dimensiones.
En cuanto a los ejes y cierres, son muchos los cambios que ha sufrido en mundo de la bici; podemos encontrar los cierres rápidos que no hace falta quitarlos para desmontar la rueda, al contrario que los ejes pasantes.
En los cierres rápidos existen los de 5 mm de diámetro y una longitud de 100 mm en la rueda delantera, 135 mm en la rueda trasera de montaña y 130 mm en la rueda trasera de carretera.
Los ejes pasantes, hay que quitarlos por completo para sacar la rueda; el montaje y desmontaje de los mismos, tiene su misterio no solo por la marca del fabricante, sino por el añadido de la marca de la horquilla.
Podemos encontrar ejes pasantes de 15 mm de diámetro y una longitud de 100-110 mm en la rueda delantera, 12 mm de diámetro y una longitud de 142, 145, 148 y 150 mm respectivamente…incluso en MTB, diámetros de 20 o 25 mm. (por ejemplo en FAT BIKES, las medidas delanteras 15 mm diámetro – longitud 150 mm / las medidas traseras 12 mm diámetro – longitud 197 mm).
Cadenas y desviadores; las cadenas son el componente de la bicicleta que se encarga de transmitir la potencia de tus piernas a la rueda. El número de velocidades que tienen las bicicletas van de 9, 10, 11 y 12 siendo las marcas Campagnolo, Shimano y Sram las principales del mercado.
Todos los componentes de la transmisión están diseñados para funcionar con un número de marchas, por lo que no se podrá combinar una cadena de 9 velocidades con una transmisión de 10 (ejemplo). Lo normal es montar una cadena de la misma marca que la transmisión para tener así una compatibilidad entre los componentes.
Además, las cadenas presentan un nivel de calidad superior gracias a las aleaciones o tratamientos de superficie más resistentes al desgaste o la corrosión; existen cadenas huecas para ahorrar unos gramos de peso a la transmisión.
En cuanto a los desviadores, es el mecanismo que funciona con el cambio de velocidades de una bici; consiste en ese mecanismo que le permite a las bicicletas cambiar de lugar las cadenas. Debe de darnos esa facilidad para hacer los cambios de manera suave, fluida, rápida y que estos procesos se hagan sin complicaciones, ya que es fundamental, el cambio de velocidades en los distintos tramos del segmento.
Funciona de la siguiente manera: el piñón a través de la velocidad que el ciclista quiera imprimir, cambia la cadena al otro piñón correspondiente (son de varios tamaños) lo que da como resultado, que la bicicleta experimente otra velocidad o marcha. El esfuerzo que pueda realizar un determinado ciclista, en la situación y terreno donde se desarrolle, depende en cierto grado de los buenos desviadores que la bicicleta tenga, ya que si desea tener más resistencia o que su rueda vaya más rápido o lento, depende de ese desviador.
Los apoya codos; para mí uno de los elementos más importantes dentro del conjunto del manillar… descansaremos los brazos y nos darán estabilidad, comodidad y apoyo. Una buena la colocación de los apoya codos no solo consigue una posición más aerodinámica sino una posición donde el peso del cuerpo debe recaer sobre los brazos, por lo tanto estos deben formar un ángulo de 90 grados con los antebrazos para conseguir una posición cómoda y que se pueda mantener y soportar durante los 90/180 km que vas a ir acoplado en un triatlón de media o larga distancia. Igualmente nos debe permitir el mayor rango de “personalización” posible, tanto en aperturas laterales como a la hora de poder rotarlo (ajustes personalizados).
Una posición en la que vayas demasiado “estirado” puede suponer una fatiga extra, incomodidad en la posición, llegando a ocasionar molestias y sobre todo, que se puede acabar pagando en la carrera a pie.
Las almohadillas son tan importantes como el resto del acople, decidiremos según nuestra posición en el manillar por un apoya codos más o menos grueso, prestando atención al modelo de nuestro acople de triatlón porque hay ligeras diferencias entre unas y otras.
Las almohadillas sufren mucho con el sudor, la bebida que se nos cae mientras estamos en competición, y pierde cualidades, ya que se fijan con un velcro en la mayoría de los casos…así que hay que cuidar el material.
Los acoples; un estudio de un profesional de la biomecánica sería uno de los primeros consejos que daría a la hora de elegir un acople. Un buen acople debería ser muy versátil para que permitiera montarlo por arriba del manillar o montarlo por debajo del manillar, a su vez, la posibilidad de separar las extensiones lo que fuera necesario para poder instalar nuestro gps o sistema de hidratación, y que éstas las pudiera rotar para conseguir una posición de la mano lo más cómoda posible. Así mismo disponer de algún sistema de elevadores o espaciadores, si fuera necesario.
Según la tipología del material que están fabricados, podemos encontrar acoples de aluminio o carbono…un dato curioso, el peso del mismo modelo de acople en aluminio y carbono, no existe una gran diferencia. Existen modelos completamente de carbono, o en un porcentaje muy elevado de fibra de carbono, pero sin duda el precio de este tipo de acople en mucho más elevado.
El motivo es que normalmente los apoya codos, las abrazaderas al manillar y en su caso las piezas elevadoras, son de aluminio por lo tanto la única diferencia de peso suele ser el de la propia barra o extensión que veremos a continuación.
La otra clasificación de los acoples de triatlón han sido para las competiciones de larga y corta distancia (ver normativa y reglamento de cada prueba). Aparte de este aspecto, hoy en día vemos que los manillares planos con potencia integrada están cobrando especial atención a la hora de comprarnos una bicicleta…para este tipo de conjunto manillar-potencia, no hay forma de colocar un acople ni de larga y de corta distancia (no son muchos los fabricantes disponen de acoples de triatlón estándar que se adaptan a manillares planos).
¿Qué podemos entender qué está sucediendo? que cada fabricante está diseñando sus propios acoples específicos para sus manillares y potencias de sus bicicletas; por consiguiente, deja con menos posibilidades a los triatletas en la elección de su propio material y/o reajustes, ya que no son todas las marcas de bicicletas ni siquiera de componentes las que son capaces de ofrecer un amplio abanico de material específico de triatlón. Nos podemos encontrar con el problema de que un manillar con potencia integrada, con los acoples integrados, que no nos adaptamos a las extensiones y que sea imposible de cambiar (asesorarnos bien antes de comprar cualquier bicicleta).
Las barras de triatlón; el diámetro de las extensiones es de 22,2 mm por lo que pueden ser compatibles con otras marcas de acoples; con la longitud de la extensión de la barra, sucede como con el diámetro, está muy estandarizado. Lo normal es que tengamos extensiones de 360 mm o de 400 mm (si es demasiado larga, la mejor solución es cortarla).
El tipo de material, dos son los tipos básicos que existen, el aluminio o carbono; solo en determinadas marcas, todo el conjunto es de carbono, por lo tanto si la parte más pesada de todo el conjunto, como abrazaderas, apoya codos, extensiones, etc es de aluminio, tenderemos muy poca variación de peso, pero sí de precio.
Como comenté anteriormente, si elegimos unas barras de carbono, es aquí donde aligeraremos peso a nuestra estructura del conjunto del manillar.
Las extensiones o barras han ido en general agrupándose en tres o cuatro tipos; podemos ver tubos rectos, S Bends o tipo Ski, ya sean con curvatura doble o simple. En cualquier tienda de triatlón se puede encontrar una buena variedad de acoples, y la mayoría de las marcas se mueven en un rango de precio parecido.
Las manetas de freno; las palancas de freno no se pueden montar en las extensiones o en los acoples, solo en el manillar. Desde la introducción de los cambios electrónicos y de los frenos de disco, los sistemas de cambio y frenado han evolucionado considerablemente, ya que tanto en el ciclismo actual como en el triatlón de larga distancia, todo el material debe de dar las mejores prestaciones.
Dentro de las características actuales de las manetas de freno, se ha reducido la fricción gracias a un mayor diseño aerodinámico, podemos ver desde la parte frontal de las manetas que ya no son redondeadas, si no que tienen un “corte” en forma de diamante, ofrecen mayor control, sensación al manejo y mejor agarre con los dedos.
Las palancas y mandos de cambio; con una forma ergonómica y un diseño sencillo de botón, proporcionan un cambio de marchas rápido cuando se utilizan manillares aerodinámicos. Cambiar de marchas con el pulgar o el índice sin cambiar nuestra posición ni dejar de agarrar el manillar es uno de los factores más cómodos a la hora de ir bien posicionados en nuestra bici de triatlón.
Igualmente, podemos encontrar los cambios con las palancas de toda la vida, aunque en mi opinión, poco a poco van a ir desapareciendo, no solo por comodidad, sino que la parte aerodinámica en la construcción de una bicicleta, ha adquirido mucha importancia en los últimos años. Los mandos de cambio para acoples más aerodinámicos de botón para los extremos de los manillares de triatlón y contrarreloj, son utilizados para el cambio trasero, para subir y bajar de marcha con tan solo un ligero toque, tan ligero como hacer clic en un ratón; basta para que el desviador delantero o el cambio trasero escojan la marcha correcta instantáneamente.
A nivel ciclo turista/no profesional, parece que es más bien lo contrario, aunque siempre hay excepciones; cuanto más movimiento mejor para no sufrir lesiones de rodilla…¿qué es lo mejor o lo más correcto? digamos que a unos le puede ir bien y sin embargo, no tan bien para otros: no hay duda en que cuando se pedalea con el pie fijo la sensación de unión con el pedal es mayor, y por lo tanto, “parece” que aprovechamos mejor la pedalada, consiguiendo así una gran estabilidad para el pie. Para otros ciclistas cuyas rodillas no toleran este nivel de rigidez, enseguida notan molestias o dolores si usan un pedal que no les permite rotar el pie, por muy bien que esté colocada la cala.
El ajuste de la cala es la rotación que le damos a la cala, propiamente dicha, en relación al eje longitudinal de la zapatilla, que determina el ángulo del pie cuando estamos pedaleando. En función de cómo esté la cala situada, podremos llevar el pie en posición neutra (paralelo a la biela), rotado externamente (talón hacia al biela) o rotado internamente (talón hacia fuera). Solo quedará determinar cuál es la posición correcta del pie para cada ciclista, ya que ésta dependerá de una serie variables, principalmente anatómicas, que son particulares de cada ciclista (estudio biomecánico + exploración anatómica).
En la actualidad existen tres pedales que permiten llevar el pie fijo; los Look con calas de color negro, el Shimano SPD SL con calas de color rojo y los pedales Speedplay Zero.
Por otro lado, existe otro sistema de calas (colores) que proporciona al pie algunos grados de rotación una vez está la zapatilla enganchada al pedal, es decir, permite al ciclista mover ligeramente los talones hacia la biela o en dirección contraria sin que el pedal se desenganche.
Uno de los principales beneficios de este tipo de sistemas es que el pie tiene cierta libertad de movimiento ya que la unión rodilla-pie permite que sea más natural, y por lo tanto, se reducen las molestias de rodilla asociadas a una incorrecta colocación de la cala debido a que el ciclista coloca el pie “más o menos como prefiera”… digo como “prefiera” respetando el estudio, criterio y valoración de un especialista en biomecánica de bici. Partiendo de aquí, estos sistemas son los más utilizados en general, ya que es más difícil lesionarse con ellos y su colocación no es demasiado complicada.
Podemos encontrar diferentes grados de libertad de rotación, desde 1 grado hasta 15 grados, tal y como vemos a continuación:
¿Qué es la distancia del eje? hace referencia a lo que se denomina el Factor-Q. Si sumamos los dos factores que vemos a continuación, obtendríamos el factor Q total que nos indicará la distancia de centro a centro de los pedales.
El factor Q máximo que es la distancia que hay entre las piernas al pedalear, además de la distancia que hay entre las caras exteriores de las bielas, principalmente, a la altura en la que se encuentran los pedales. Y el factor Q mínimo es la distancia que separa la parte exterior de la biela del eje horizontal al pie.
Para averiguar cuál es la medida del factor Q es medir la separación de las crestas ilíacas de la una a la otra y, una vez medidas, hay que comprobar si se corresponden con la alineación de las rodillas y centro de los pies. Con esta información, hay que contrastarla con la medida que nos sale de la separación de las bielas…con esto obtendremos la capacidad correcta para que todos nuestros músculos de la pierna trabajen correctamente tanto en extensión como en flexión, permitiendo además el buen funcionamiento muscular evitando de esta manera posibles alteraciones o dolencias, sin olvidarnos de que una inestabilidad plantar puede ser el primer y principal problema, en algunos casos, por lo que hay que realizar una exploración global del individuo (estudio biomecánico).
Todos estos factores afectan al rendimiento y a la comodidad; desde la biomecánica, se trata de optimizar el rendimiento del ciclista tales como la eficiencia, la ergonomía y sobre todo, en evitar lesiones.
Existen modelos en los que se puede modificar el Factor Q para ir más cerrado de piernas y obtener un mayor rendimiento, pero como comenté en párrafos anteriores, cada sujeto es diferente, y unas modificaciones u otras, no siempre son de buen recibo para cualquier deportista, provocando positivamente una mayor eficacia a unos, y negativamente, unas dolencias quizás a otros.
Sistemas de hidratación en bicicletas; hidratación, aerodinámica, ir lo más rápido posible… son unas de las principales preocupaciones de cualquier triatleta. En distancias largas, no podemos dejar de lado ninguno de estos tres factores, así que buscaremos las mejores opciones para que nuestro rendimiento no se vea perjudicado.
Todo va a depender del tipo de prueba y perfil para adaptar nuestro sistema de hidratación. Un sistema para larga distancia va a resultar demasiado aparatoso y pesado para pruebas cortas y a su vez, un sistema aerodinámico en el manillar puede resultar hasta incómodo.
A continuación vemos todas las posibilidades que podemos montar en nuestra bicicleta; dependerá del nivel y experiencia de cada triatleta qué montar durante la competición…todo esto se entiende que desde la experiencia en competiciones y los test realizados en los entrenamientos, da lugar a tener claro que montar como sistema de hidratación y estrategias durante la prueba, qué nos ha ido bien y qué no nos va a resultar beneficioso.
Bidones en el cuadro; la forma económica, cómoda y simple de montar tanto los bidones tradicionales como los bidones aerodinámicos. Utilizando bidones tradicionales, los mejores resultados se obtuvieron en todos los casos colocando el bidón en el tubo diagonal de la bicicleta, por el contrario, al utilizar bidones aerodinámicos, los mejores resultados se obtienen colocándolos en el tubo vertical.
En cualquier competición, en los puestos de avituallamiento, nos darán siempre bidones tradicionales…no son aerodinámicos, por lo que un buen lugar sería colocarlos detrás del sillín, montados en sistemas dobles (dos bidones) o simples (un bidón).
Tanto en el cuadro como si colocamos los bidones en la parte trasera del sillín, existen unos porta bidones de extracción lateral, tanto por la derecha como por la izquierda para facilitar la extracción del bidón tradicional, por el lado que nos resulte más cómodo.
Si queremos llevar a la aerodinámica un punto más allá, tenemos en el mercado unos bidones que como principal característica es que se adaptan a la forma del cuadro mejorando así la aerodinámica. Muy buenos a la hora de buscar ese punto aerodinámico en lo que refiere a sistemas de hidratación, pero lo malo es que no son compatibles con otros modelos que no sean los propios, debido a su forma, y en ningún puesto de avituallamiento nos darán otro bidón similar aero, sino uno convencional.
Podemos encontrar los Elite Crono CX, con sus hendiduras características (agujeros) igual que una pelota de golf, los Profile Design, para mí la marca por excelencia en material aerodinámico, un bidón igual de válido que el Elite Crono CX.
La marca Torhans, el modelo VR Aero, similar en características a los anteriores salvo que su forma, no puede llegar a ser compatible con todo tipo de cuadros y otra marca reconocida en el mercado y con las mismas características que los modelos anteriores es XLAB Aero TT con su soporte y bidón aerodinámico.
Sobre la marca Speedfil, encontramos bidones aero con pajita que llega hasta los acoples; personalmente nunca lo he utilizado, lo he visto montado en alguna que otra competición de larga distancia, poco frecuente verlo eso sí, asegurándote más de un litro de capacidad de agua acoplándose perfectamente al cuadro de la bicicleta, ni mejor ni peor, es otro sistema de hidratación…a gustos.
Éstos son en principio los sistemas de hidratación más frecuentes que vamos a encontrarnos en el mercado y en las competiciones en relación a llevar los bidones sean aero o no, integrados en el cuadro.
Bidones detrás del sillín; la colocación de los bidones en esta posición ofrece muy buenos resultados en el túnel del viento, por lo que podemos ver en la gran mayoría de triatletas en competición, cómo incorporan en su bicicleta tales bidones en su parte trasera. Su posición ideal se encuentra a 3 cm de separación horizontal del sillín y a media altura con respecto a él, donde los bidones rellenan una zona de baja presión formada detrás del cuerpo del triatleta mejorando incluso el comportamiento aerodinámico del conjunto bicicleta – triatleta (demostrado que es una de las zonas más aerodinámicas de la bicicleta, mucho más que el cuadro), algo que puede observarse en la CFD (Dinámica de Fluidos Computacional) con una estela de aire con menos rotores frente a viento frontal.
Son sistemas que van montados en soportes especiales para ir colocados detrás del sillín; el inconveniente es que para cogerlos, tenemos que abandonar la postura aerodinámica…o no, eso dependerá de la experiencia del triatleta, ya que existen porta bidones de extracción rápida lateral, tanto por el lado derecho como el izquierdo, para poder extraerlos de tal manera que no perdamos la posición y tener que levantarnos.
Aunque todos los sistemas van anclados mediante una pieza a los raíles del sillín, podemos diferenciar tres tipos; los simples, que soportan un único bidón de forma muy aerodinámica, por el mero hecho que ocupan muy poco volumen, los sistemas dobles, donde podemos llevar hasta dos bidones, en algunos casos incluso con un pequeño soporte incorporado en el porta bidón para las bombonas de CO2 o un tubular de recambio atado con unos velcros…otra opción sería que, antes de pasar a los sistemas completos, es llevar en un porta bidón el líquido y en el otro las herramientas.
Como tercer sistema, el completo, que para mí es el que cubre todas las necesidades ya que podemos llevar nuestros bidones con el líquido además de las herramientas y recambios oportunos por si en carrera tenemos una avería y tenemos que parar para solucionarlo. Hay casos en los que por perder unos gramos de peso, muchos triatletas evitan llevar las herramientas, cámaras o tubulares de repuesto, etc y se confía a “que no tiene porqué pasar nada”. No debería de pasar… pero ¿cuántas veces hemos visto que en el sector de bici, un triatleta ha tenido que abandonar la prueba por un simple pinchazo, un problema en la cadena, o una avería (cual sea), que teniendo un pequeño kit de herramientas, podía haber solucionado?.
En competiciones donde no podemos recibir ayuda externa a nivel mecánico, dependemos de nosotros mismos, por lo que 300 gramos aproximadamente no nos lleva a ningún lugar, es más, podemos perder mucho más que ganar; hoy en día con los avances que hay en los materiales, los pequeños kit y bolsas de herramientas no pesan prácticamente nada…en mi opinión es un gran error no llevarlos en nuestra bici.
Desde mi experiencia, la manera más efectiva de optimizar y mejorar los resultados obtenidos lo ofrece un potenciómetro, siendo una de las ventajas principales, en la inmediatez que ofrecen sus mediciones. El ritmo cardiaco no cambia de forma instantánea cuando aumentamos la fuerza, sino que existe un periodo de latencia en el que nuestro corazón se adapta al esfuerzo requerido. Los potenciómetros nos ofrecen datos reales y mínimas variaciones en el instantáneamente.
Uno de los aspectos más importantes que tiene entrenar con un potenciómetro, es la facilidad que tenemos para trasladar el trabajo que hacemos cuando entrenamos a la competición; al obtener estos datos tan concretos, es mucho más fácil trasladar la fuerza aplicada del entrenamiento a la competición, ya que sabremos exactamente si nuestro rendimiento es el habitual o no. Entrenar y competir siguiendo un valor como pueda ser únicamente la frecuencia cardíaca, es muy relativo y arriesgado, ya que nuestra frecuencia cardíaca puede variar tanto si hemos descansado bien la noche anterior a la competición, si estamos cansados físicamente, la climatología como afecta en el organismo/rendimiento, etc.
Los vatios son dependientes del tiempo, es decir, a más tiempo seguido dando pedales, menos vatios se podrán mover debido a la fatiga acumulada. Para tener un control de nuestro progreso y basado en datos lo más real posible, es importante hacer test de vez en cuando, en épocas de entrenamiento sobre todo al principio de la temporada, repetir esos test cada cierto tiempo (según planificación), y comprobar así cuál es nuestra mejora.
Personalmente, mi recomendación es tener varias rutas marcadas que comprenda un terreno mixto, es decir, ondulado de 3 o 4 horas de duración, que combine zonas para poder llanear, zonas con ligeras subidas no muy pronunciadas pero que hagan sacar ese punto de fuerza extra en la ruta, o incluso en algún puerto de montaña; diferentes test aplicados en diferentes terrenos, desde 10”, 1´, 5´para ver nuestro componente anaeróbico o incluso de 20´, 30´o 40´ constantes, que nos informan de nuestro nivel aeróbico y tener claro donde reside nuestros umbrales, tanto anaeróbico como aeróbico (zonas de entrenamiento).
Al final esos datos recogidos en nuestro computador durante nuestra fase de entrenamiento de cara a una competición, nos dará unos valores que con la mejora, se pretende que esa curva (las gráficas) donde empieza a bajar debido a nuestros niveles de fatiga, se mantenga lo más “alta o arriba” posible en el tiempo.
La potencia es fuerza por velocidad, la fuerza que aplicamos en los pedales por la cadencia; teniendo claro cómo funciona un potenciómetro y los datos reales en cada momento que nos puede proporcionar, vamos a sacarle el mayor rendimiento posible a nuestro entrenamiento y entender que no todo es ver reflejado en el computador de la bici que estamos marcando una potencia brutal, ya que tan solo es la potencia instantánea (vatios instantáneos) de ese momento; lo que nos importa es ver la potencia media (vatios medios), dato fiable de cuantos vatios hemos podido mantener en el tiempo en una distancia de 90 km, 120 km, 180 km etc.
Las variaciones de vatios son menores cuando usamos la potencia media, ya que no hay cambios tan bruscos a diferencia de la potencia instantánea marcada a cada segundo; aquí es donde entra el concepto de potencia media aplicado a un tramo más largo de tiempo, cuando subimos un puerto o queramos saber la potencia que hacemos en un segmento determinado, tenemos que marcar un LAP o vuelta con el cronómetro, y ver los vatios medios para ese segmento que serán los que nos den la información real de cuál ha sido nuestro esfuerzo ya que si vamos mirando la instantánea, no tendremos una idea precisa de la realidad de nuestro esfuerzo. Personalmente subiendo un puerto de montaña, cada kilómetro marco ese LAP para ver la constancia de mi esfuerzo reflejada en los vatios medios en ese tramo de distancia, ver el margen que puedo tener para mantener ese esfuerzo en relación a lo que me falta de ascensión, al contrario que en el llano, donde marco ese LAP cada 5 kilómetros (el llano y subir un puerto de montaña, son datos completamente diferentes y sensaciones distintas a nivel de esfuerzo físico).
Más datos de nosotros…teniendo siempre en cuenta que cuanta más “paliza” lleve encima en ese entrenamiento (horas y km), más bajos serán los vatios máximos que podré alcanzar para cada intervalo de tiempo; otro dato importante para saber el “castigo” que llevo acumulado en ese momento, o para saber al finalizar qué grado de intensidad ha sido una salida, lo mejor es usar la potencia media normalizada.
La potencia normalizada es un dato mucho más preciso que la potencia media sin normalizar, ya que consiste, esta última, en sumar los vatios y dividirlos por el tiempo; en este caso, la potencia normalizada es un algoritmo que trata de analizar el coste fisiológico real de toda la sesión o tramo analizado ya que busca una estimación más realista y comparable del esfuerzo real que le supone al cuerpo esa sesión o ese tramo de entrenamiento tratando de saber la potencia constante a la que habríamos tenido que ir todo el tiempo para realizar un esfuerzo de intensidad equivalente al que hemos hecho de forma irregular (bajadas sin dar pedales, llanos, potencia máxima en algunas subidas, si hemos realizado algún sprint, etc).
Cuanto más alto sea el valor, más intensa habrá sido la sesión de entrenamiento (comprobar una sesión de entrenamiento con los mismos kilómetros, mismo desnivel y mismo recorrido); es importante tener en cuenta que, cuanto más largo sea el tramo que estemos mirando, más precisa será la normalizada como medida de intensidad y al revés, para tramos o series cortas, la potencia normalizada no es la mejor opción, y en esos casos sí que sería conveniente usar la potencia media.
Sabiendo la potencia normalizada y el tiempo de la salida, nos vamos a hacer una idea de la intensidad y de lo exigente que ha sido nuestro entrenamiento; el umbral funcional, los TSS y el factor de intensidad es otra forma rápida de ver cuál ha sido nuestro rendimiento.
Aunque muchos datos los tengamos desde el resultado de la medición de vatios, es importante tener un umbral funcional (UF) actualizado y lo más preciso posible; aunque es imposible saber el UF que tenemos cada día, para calcularlo, lo mejor es hacer un test de 20’ y multiplicar por 0,93 la potencia media, de 30’ y multiplicar por 0,95, o de 40’ y multiplicar por 0,98 o incluso usar la media de ese test como UF (la otra opción es dejar que el dispositivo nos diga cuál es, ya que ya muchos incorporan esa opción y nos sale por defecto en la pantalla en el resumen de datos).
A partir del UF se calculan los TSS, que son una medida de la carga total de cada salida (incorpora la intensidad y el volumen). También el factor de intensidad de la salida, que nos dice el tanto % de intensidad de la salida en función del UF (número entre 0 y 1).
Y ¿qué es el FTP? El FTP (Functional Threshold Power o Umbral de Potencia Funcional) es la máxima potencia media que puedes desarrollar en una hora sobre la bicicleta, es decir, la potencia que corresponde a los vatios que eres capaz de mover en tu máximo estado estable de lactato (MLSS).
Como el test de una hora llega a ser extenuante y requiere concentración, motivación por parte del ciclista, un alto grado de exigencia, no llegar a la prueba con excesiva fatiga acumulada por los entrenamientos y encontrar un terreno adecuado a las características del mismo, en concreto una pendiente a ser posible entre el 4% y el 6%… rebajamos el test a 20 minutos, donde el resultado final será calcular cuáles serán mis zonas de entrenamiento y poder así planificar las sesiones de manera más efectiva.
El test de 20’ propuesto por Allen & Coggan, consiste en realizar un esfuerzo de 20 minutos a la máxima potencia posible, siempre intentando que el ritmo o pacing sea sostenido sin demasiada variación, es decir, que intentemos dosificar el “esfuerzo” porque de nada vale dar unos resultados muy buenos los primeros diez minutos, y que en los últimos diez o cinco minutos nuestro rendimiento caiga a plomo debido a la fatiga acumulada entre otros factores.
Después de estos veinte minutos, se le tiene que aplicar un factor corrector, con el fin de equipararlo al esfuerzo que se hubiese podido realizar en una hora de duración aproximadamente. El valor de potencia media obtenida durante estos 20 minutos se deberá multiplicar por 0,95; previo al test, debemos de realizar un calentamiento, que aunque parezca extenuante, hay que preparar al organismo para que desde el minuto 1, empecemos el test al 100% de nuestras posibilidades y así obtener un FTP de garantías.
El protocolo del test será el siguiente (Ver tabla Coggan A & Allen H, 2010. Training and Racing with a power meter: TEST Functional Threshold Power).
Sobre el valor resultante, se obtienen siete zonas de potencia, donde el resultado final será calcular cuáles serán mis zonas de entrenamiento y poder así planificar las sesiones de manera más efectiva. (Ver tabla Coggan A & Allen H, 2010.Training and Racing with a power meter: Power-Based Training Levels).
Para ajustar las zonas de entrenamiento, ver las mejoras y establecer los parámetros adecuados de cara a la competición, el test será conveniente realizarlo cada 6-8 semanas, después de venir de una semana de carga baja y a empezar un nuevo meso ciclo, siempre buscando que estas pruebas no entorpezcan nuestros planes de entrenamiento (no abusar de los test).
Vatios por kilo; siempre he dicho que el entrenamiento de fuerza es la base fundamental donde reside cualquier deporte, por ello, debe ser una parte integral de nuestro entrenamiento, sobre todo si nos centramos en aumentar la producción de energía.
Una de las áreas donde la mayoría de los ciclistas puede ver ganancias casi inmediatas en su relación de potencia a peso es perder grasa y ganar o mantener la masa muscular magra IMPORTANTE: la pérdida de peso no debe de estar unida a la pérdida de fuerza, es decir, si entrenamos y notamos como que no estamos rindiendo lo suficiente, o que incluso notamos que tenemos esa sensación de fatiga muscular, algo estamos haciendo mal.
Quizá tengamos algún déficit en nuestra alimentación, no tengamos la energía suficiente por esa pérdida de peso (entre otros muchos factores), habría que analizar qué está ocurriendo. Muchas veces nos obsesionamos por perder peso para estar finos, es decir, cuanto menos pese más rápido iré, por lo tanto menos peso debo de arrastrar… sí y no, y más bien no, ya que se ha podido ver en disciplinas de larga distancia en triatlón, donde una ganancia de masa magra de aproximadamente 2 kg de peso corporal, ha ayudado a aumentar el nivel de rendimiento en el deportista, por lo tanto más fuerza para nuestros músculos. Vemos que la imagen que teníamos acostumbrados a ver de deportistas que parecían “un saco de huesos andantes”, ha pasado a tener otra perspectiva, respetando esa “finura corporal” por así decirlo, a ver deportistas de larga distancia más musculados y con más ganancia de masa magra.
Para calcular tu relación de potencia a peso para un rango determinado, se divide nuestro peso corporal (en kilogramos) entre los vatios medios para un rango dado.
Dicho esto, detrás de un deportista debe de aparecer la figura del médico nutricionista que seguirá la evolución del atleta y su chequeo constante en los valores nutricionales energéticos, pérdida o ganancia de peso y rendimiento deportivo.
Un dato importante y de referencia: el rango mínimo de grasa corporal para los hombres es del 6% y para las mujeres es del 14% (Ryan, Monique, “Sports Nutrition for Endurance Athletes” (2007): 6-7)… estar por debajo de estos rangos puede afectar negativamente tu rendimiento y sobre todo tu salud.
En mi opinión, comer bien, bajo en grasas, saludable y entrenar duro, sobre todo entrenar muy bien, con cabeza y fuerte, pierdes peso, bajas los índices de grasa, ganas fuerza y masa magra… tan sólo hay que hacer bien las cosas y los resultados aparecen por sí solos.
Está claro que a medida que reemplazamos la grasa por masa magra, nuestra composición corporal cambia. Aparte de estar más fuertes y más ligeros, hay otros beneficios cuando tienes más músculo magro, como por ejemplo la retención de agua, ya que los músculos transportan aproximadamente un 70% de agua en nuestro organismo, mientras que la grasa se compone de sólo el 10%.