Fijando el campamento base en el área de acampada de Senarta, Benasque, a los pies de las montañas y rodeados de un entorno natural increíble, comenzaba esta nueva aventura para conseguir las siguientes dos cimas de mi proyecto ALTITUD 3.0.
Si todo va bien haríamos la cumbre del Perdiguero de 3.222 metros, y al día siguiente la Maladeta de 3.308 metros; así que el fin de semana prometía ser muy exigente… eso sí, como siempre, lleno de ilusión y muy feliz de volver a estar aquí en este paraíso llamado Pirineos, de 430 km de distancia desde el Cabo de Creus en el Mar Mediterráneo hasta su unión con la Cordillera Cantábrica, con una anchura en la parte central de aproximadamente 150 km.
Llegada de viaje el viernes, un poco más tarde de la hora de comer, preparamos las tiendas donde sería nuestro campamento de donde saldrían nuestras actividades… mochilas, crampones, casco, equipo específico para nieve, saco de dormir, y mil cosas más, ya que a las 18:00 horas comenzaríamos el ascenso al Perdiguero desde el valle de Literola, con una variante: no lo haría en el día, si no que para disfrutar más de la actividad y del entorno de donde me encontraba rodeado de un circo de tres miles, decidí subir hasta el Ibón Blanco, hacer noche en el vivac y pasar la noche al raso, con esterilla y saco de dormir en el mejor hotel del mundo: ni una, ni dos, ni cinco estrellas, sino miles de estrellas que cubren el cielo cuando te metes en el saco, miras hacia arriba y caes lentamente dormido contemplando ese cielo que, por momentos, en el silencio de la noche, habla.
Golpeados esta semana por una ola de calor en toda Europa, pensaba que aquí en alta montaña “estaría” algo mejor… me equivoqué, demasiado calor para el lugar donde nos encontramos; así que hidratarse constantemente, crema protectora, mochilas a la espalda y daba comienzo la aventura.
Hasta llegar al Ibón blanco, tendría una pateada de cerca de dos horas y media a ritmo bastante alegre, parando para sacar alguna foto, beber del agua que caía fruto del deshielo, pequeñas piscinas naturales que se generan en la orografía del terreno, sin más, contemplando la espectacularidad del paisaje y disfrutando a cada paso que daba, el que me acercaba al Ibón, donde pasaría la noche.
Subiendo ya a cotas más altas, me encontré con el Ibonet de Literola que por las fechas en las que estamos del año, sorprende ver que gran parte del ibón esta tapado con algunas placas de hielo. Justamente en frente del ibón, veo el tramo por donde tengo que seguir subiendo con algún que otro nevero en el recorrido; parada de apenas un par de minutos para colocarme los crampones y continuar la ruta.
Se acercaba ya la noche, se veía en el valle que la luz era cada vez más débil, aceleré un poco el ritmo ya que el Ibón blanco estaba muy cerca y poder así ver desde allí como se escondía el sol tras esos gigantes de roca. La entrada al Ibón blanco es una imagen que te deja sin palabras. Me coloqué en el punto más alto cerca del vivac y pude contemplar toda la belleza del paisaje que me rodeaba… era un regalo poder estar allí y contemplar toda esa magnitud de naturaleza.
Cae la noche, luce el frontal por el valle y a preparar el saco de dormir, la esterilla y la cena… a la cama a descansar, no duermes porque es pronto pero descansas dentro del saco que se agradece mientras que el cielo poco a poco va cargándose de estrellas. Ya piensas en mañana, la cumbre cada vez más cerca. Pasamos de un día de calor sofocante a una bajada de temperatura considerable… estaba a 2.750 metros de altura, hacía frío.
La claridad del amanecer te despierta, te quedas un poco más dentro del saco esperando a que poco a poco entre el sol y caliente. Desayuno, mochila nuevamente preparada y rumbo a la cima del Perdiguero.
Desde donde me encontraba hasta la cumbre, quedaría una larga y muy empedrada subida… el tiempo corre, los metros no (muy lenta la ascensión entre piedras y más piedras ).
Poco a poco la cima más cerca; a 3.150 metros llegas al famoso Hito Este del Perdiguero donde a lo lejos puedes ver la tan ansiada cima. Previa a esta, el pedregal de la cresta que da acceso al tramo final de la cumbre donde había que tener cuidado al pasar ya que había nieve y el riesgo que conllevaría dar un mal paso.
Por fin en la cima del Perdiguero a 3.222 metros, cumbre situada entre Aragón y Alto Garona, como frontera divisoria entre España y Francia. Las vistas espectaculares… Posets, Maladeta, Ibón blanco, Cresta de Cabrioules, Valle de Estós, etc. muy feliz de haber conseguido llegar hasta aquí.
Ya solo quedaba bajar al campamento base en Senarta, ducharse, comer e hidratarse lo mejor posible, descansar y preparar el equipo para mañana intentar cima en La Maladeta a 3.308 metros.