La Transvulcania es una carrera de larga distancia que está considerada como una de las ultramaratones de montaña más duras de las Islas Canarias y una de las más importantes de España. El recorrido total tiene una longitud de 74,6 km, un desnivel acumulado positivo de 4.350 metros y un desnivel acumulado negativo de 4.057 metros. Se celebra en la Isla de La Palma desde el año 2009 siendo puntuable para el Campeonato del Mundo de Carreras de Montaña desde el 2012.
Desde la cota 0, salida desde el Faro de Fuencaliente, hasta parecer sobrevolar el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, donde se encuentra el mayor cráter volcánico del mundo y sobrepasar el increíble mar de nubes hasta llegar al Roque de los Muchachos, punto más alto de la Isla, a 2.421 metros, descendiendo de nuevo a cota 0 en Tazacorte con una pequeña subida de 5 km hasta la línea de meta en Los Llanos de Aridane.
Podría considerarse un planeta en miniatura por la diversidad de ecosistemas que concentra: desde bosques de pino canario a extensiones de plataneras, retazos de la selva de laurisilva que un día cubrió la Macaronesia –formadas por las Canarias, Cabo Verde, Azores y Madeira– y campos de lava con rocas de formas singulares.
Con el paso de los años, esta carrera ha ido creciendo no sólo a nivel nacional, sino que a nivel internacional, es una de las carreras con más afluencia de deportistas de todos los países… donde el cartél de deportistas profesionales en cada edición es inmejorable; alrededor de unos 2.000 participantes fuimos los que dimos la salida el 12 de Mayo de 2018 en esta aventura por tierras Canarias y en concreto en La Palma, popularmente conocida como la isla bonita.
Después de un invierno pasado por nieve y más nieve, los entrenamientos en Madrid y Pirineos dejaron un poco de huella en uno de los tendones peroneos de mi pie izquierdo; nada importante de que preocuparme, pero sí algo latoso e incómodo de llevar, sobre todo para este tipo de pruebas donde los kilómetros y las horas pueden pasar factura a la larga… y en las bajadas, donde activar toda la musculatura estabilizadora del pié, tendones, ligamentos, musculatura, etc. podría ser algo incómodo.
Primera competición del año, con la mente y sobre todo la preparación física depositada en el Ultra Trail du Mont Blanc del 31 de Agosto, mi mayor objetivo era terminar la prueba, sacar un buen test, ya que a partir de esta prueba, para mí, la temporada de trail comenzaba de cara a la preparación del Mont Blanc, y sobre todo ver en qué estado de forma me encontraba después de la pretemporada realizada.
La salida de la prueba desde el Faro de Fuencaliente, la verdad que es un poco caótica; si el pistoletazo de salida es a las 06:00h a.m., tenemos que esperar cerca de una hora larga en el faro, sin poder moverte ni espacio para calentar… así que había que llevarse algo de ropa, tipo cortaviento, etc. para poder soportar el frío que hace a esas horas pegados al mar, además del viento endiablado que corre por cada costado.
Entre tanto corredor, te metes bien en el centro de la masa humana de 2.000 personas y el frío se soporta mucho mejor… se respira los nervios, la tensión en el ambiente ante un día, seguro, lleno de emociones y sensaciones fuertes e inolvidables.
La previsión del tiempo no era la mejor para las primeras horas de carrera, aunque a medida que pasaran las horas y nos acercásemos al mediodía, la temperatura y condiciones cambiarían.
Cuenta atrás de los últimos diez segundos reflejados en la pared del acantilado… y comienza la TRANSVULCANIA 2018. La salida es un auténtico caos lo mires por donde lo mires: codazos, golpes, empujones, pisotones… hasta que parece que al salir del faro, el embudo humano comienza a estirarse y cada uno va cogiendo su ritmo de carrera.
Salimos desde cota 0 a nivel del mar donde nos esperaban los primeros 7 km hasta LOS CANARIOS, primer avituallamiento de carrera, y las sensaciones eran muy buenas corriendo a un ritmo constante guardando energía para la parte final de la prueba.
Sin perder mucho tiempo, hidratación en el avituallamiento y continuamos la carrera rumbo ya a LAS DESEADAS con 9.4 km de subida, para sumar desde la salida un total de 16.4 km de carrera… todo de subida.
Todo lo que sea subir para arriba, sin problema; la pretemporada de este invierno tanto en Pirineos como en Madrid pasada por nieve, raquetas etc. dió su resultado y con creces. Una vez llegado a LAS DESEADAS, rumbo al Refugio de EL PILAR bajando por un pinar muy bonito donde se podía correr tranquilamente pero guardando un punto de energía para la segunda parte de la carrera, ya que la bajada te incitaba a correr más rápido de la cuenta.
En el refugio de EL PILAR se respiraba un ambiente increíble de competición… y no sólo por la organización y las personas volcadas animando a todos los corredores, sino que desde aquí se daba la salida de la prueba maratón de la Transvulcania a las 10:00h a.m.; la tensión se respiraba en el ambiente.
Igual que en los avituallamientos anteriores, por mi parte fueron muy rápidos, cargar agua en los bidones, comer, hidratarse bien… y rumbo a EL REVENTÓN. Eso sí, hasta llegar a este punto estuve alrededor de 5 horas de carrera con el impermeable puesto, manguitos y guantes, buff en el cuello para protegerme del frío, el viento, etc… las temperaturas rondaban los 5ºC, con esa sensación de frío que te va dejando ese puntito de castigo muscular y físico aunque estés en contínuo movimiento… hasta que una vez llegado al punto de avituallamiento de EL REVENTÓN y comenzar los 20 km de subida hasta el ROQUE DE LOS MUCHACHOS a 2.420 metros de altitud… escuchamos a personas de la organización decir que “!ánimo!, en menos de 15 minutos tenéis arriba en el claro, el cielo despejado y sol!”.
La verdad que si me das a elegir entre frio y calor, siempre me quedo con el frío. La variación de temperatura no fue de manera gradual; pasamos de estar a 5ºC, lloviendo y con frio, y en apenas 15 minutos, a estar a más de 25ºC hasta llegar a los 33ºC máximo que marcaron en la prueba.
Así pasó, o por lo menos, es lo que vi en muchos avituallamientos: muchos corredores retirados por ese cambio de temperatura tan brusco en apenas tiempo gradual de aclimatación (al final de la prueba, los datos sacados por la organización aseguraron que alrededor de casi 600 personas tuvieron que abandonar la prueba).
Antes de llegar al observatorio de ROQUE DE LOS MUCHACHOS deberíamos pasar primero por dos puestos de avituallamiento: uno sería el PICO DE LA NIEVE a 2.038 metros y el otro el PICO DE LA CRUZ a 2.294 metros. Toda esta zona transitaría por la famosa Caldera de Taburiente, y de verdad que tienes que pararte aunque sea un momento, levantar la mirada del suelo, y poder contemplar el paisaje que te rodea, los colores, los desfiladeros que se forman, la disposición del terreno, la roca característica de un paisaje volcánico, la arena… todo espectacular.
Ya por el km 42, justo antes de llegar al avituallamiento del PICO DE LA NIEVE, empecé a notar que la pequeña molestia que traía conmigo en el tendón del pie me estaba dando la lata; no me impedía correr, subiendo sin problema, y todo lo que era correr en “llano” perfecto, pero en las bajadas cuando más tienes que activar la musculatura, ligamentos y tendones del pie, ahí si que me retorcía de dolor… la sensación era como un “pinchazo constante eléctrico” que apenas me daba estabilidad para lanzarme hacia abajo con o sin piedras en el terreno cuando apoyaba. Y lo peor de todo es que, llegando a ROQUE DE LOS MUCHACHOS, nos esperaba alrededor de 20 km de bajada… lo peor para mí en ese momento.
Pensé: lánzate y mete la prueba en 10 horas y poco… cuando acabes la prueba ya recuperarás… si, ¿pero a que precio?, o resérvate ya, y que las dos semanas de descanso que tenía programadas después de Transvulcania me sirvieran de recuperación para afrontar los dos meses y medio de verano que me esperaban de cara al Ultra Trail du Mont Blanc… !qué rabia!. Opté por la opción de reservar y proteger de cara al Mont Blanc, eso suponía que todo lo que había ganado en 42 km anteriores lo iba a “perder” ahora bajando en modo “trekking” conservador.
Bueno las cosas a veces no salen tan bién como uno quiere, pero más rabia sientes cuando no es problema de falta de entrenamiento o no haber llegado a la prueba con los deberes hechos… factores externos como una pequeña molestia que condicionan el devenir de la prueba. Adaptarse y sacar lo mejor de tu paciencia en estos casos.
La bajada hasta EL TIME y posteriormente hasta TAZACORTE… que “aburrimiento mental”; mil cosas se te pasan por la cabeza (retirarse nunca), pero tuve la sensación de que en mis orígenes deportivos y como verdaderamente siento la palabra deporte y me siento como deportista, es en triatlón. Apenas en… no sé, ¿10 años?, ¿dos lesiones?…creo que Transvulcania 2018 ha sido un verdadero punto de inflexión en mi vida deportiva. Lo que empiezo siempre lo acabo, hasta el final… por eso me dije a mi mismo haciéndome la promesa de que pasados los próximos 3 años, y cumpliendo con un proyecto deportivo muy ambicioso y potente a la vez que tengo entre manos, volvería al triatlón, al que tanto echo de menos.
Correr es el deporte, o al menos uno de los deportes mas lesivos que existen para el ser humano… me encanta correr pero demasiados contratiempos a veces, para tener tan poca recompensa cuando entrenas como un animal, te cuidas, te sacrificas, te esfuerzas… mil etc.
Me pregunté; ¿estos sentimientos que tienes ahora son fruto de esta situación en carrera que quizás lo ves todo negro? Mi respuesta fue clara; la verdad es que no lo veo ni negro ni blanco, mi estado de ánimo es muy bueno, tranquilo y positivo, tan solo que… respondía a mis sensaciones y mi felicidad deportiva.
Sin duda alguna, el mejor amigo es uno mismo, porque él sabe verdaderamente lo que te pasa en cada momento, con las preguntas y respuestas directas, claras y sinceras que puedes hacerte en cualquier situación de tu vida.
Así que fue un paseo de “trekking” de unos 20 km hacia abajo muy agradable conmigo mismo, en el que pude experimentar nuevas sensaciones personales y deportivas; de todo se saca siempre lo positivo. Ya daba igual el tiempo en acabar la prueba, había que terminarla y a otra cosa: TIEMPO PARA REFLEXIONAR.
Llegada a TAZACORTE bajando por el famoso acantilado divisando la playa; es una experiencia muy bonita bajar por un acantilado desde la montaña y contemplar el mar… sientes el aire nuevo en la mente y en las piernas, un estímulo muy agradable; coincide con la llegada a meta de la prueba Maratón aunque a nosotros nos quedaban aún los últimos 5 km hasta meta.
Último avituallamiento y a meta del tirón; aprovechando que nos esperaba una subida de unos 3 km, más el último kilómetro y medio era llano por asfalto hasta meta, no había ninguna bajada más por lo que no me molestaría el tendón, a fuego hasta meta.
Eran tan buenas las sensaciones físicas de cómo me encontraba y como afrontaba esta Transvulcania, que en los 3 km de subida dejé atrás alrededor de unos 20 corredores y el último km a meta logré sacarlo a ritmo de 3´45/km… un sabor agridulce me rondaba por mi cuerpo pero al menos ya divisaba la línea de llegada por debajo de 14 horas.
Agradecido una vez más a saber gestionar la competición, adaptarme a los contratiempos externos, y pensar que terminar la prueba cuando alrededor de 600 personas no han podido… se merecen mi más sincero respeto.
Así que, tiempo para reflexionar, descansar y recuperarse.
Finisher TRANSVULCANIA 2018