3er día: Askja – Herdubreidarlindir / 34km / 170+ / 4h 01´
Te despiertas de madrugada en el saco de dormir y escuchas que toda la noche está lloviendo, así que el terreno para la etapa de hoy iba a estar interesante… a seguir durmiendo.
No quedaba otra que todo el equipo impermeable puesto: chaqueta, pantalón y guantes además de asegurar el material de dentro de la mochila, saco, comida, ropa, etc meterlo en la bolsa estanca y que permaneciera seco para la finalización de la etapa de hoy.
Frío, mucho frío y mucha humedad por la noche dentro de las tiendas; se podía ver la condensación en el techo de las tiendas como caían esas gotitas a modo de lluvia…
Si me acosté pensando en la estrategia de hoy, me levanté muy bien, había recuperado muy bien de estos dos días atrás, y las piernas estaban listas para ver si respondían o no a lo que tenía pensado hacer en el día de hoy. Así que a preparar bien todo el equipo que no se moviera dentro de la mochila, las barritas y geles colocados en lugares estratégicos de fácil y rápido acceso, el agua en los bidones, etc… todo listo y preparado.
Sales de la tienda y te encuentras un panorama desolador: mal tiempo, frío (6 bajo 0 + sensación térmica), lluvia incesante, viento…se presentaba un día muy exigente el de hoy.
Compartí tienda junto con otros 7 corredores, John y James de Reino Unido, Tracey, Lita y Tara de Australia y uno de ellos, un mexicano, Pablo, al menos alguien con quien poder conversar en habla hispana; en este tercer día le comenté que no fuera solo, que intentara estar con el corredor francés y conmigo el mayor tiempo posible, para que mentalmente lo llevara de otra manera además de intentar subir un puesto en la clasificación en los siguientes días y colocarse tercero, ya que el corredor canadiense tenía experiencia e iba a pelear esa tercera posición hasta el final.
Con todo el equipo impermeable puesto arrancaba esta tercera etapa; mi primer objetivo de hoy era ver como se llegaba hasta el primer avituallamiento en el km 19, piernas, fuerza, ritmo, escuchar a tu cuerpo sobre cómo iba a ir respondiendo a la lluvia, al frío y al estar calado hasta los huesos, porque, aunque con toda la ropa impermeable puesta, en el km 9 ya estaba calado hasta los huesos y la sensación no es muy agradable pensando en todo cuanto faltaba por terminar hoy.
La verdad que te cuesta mucho entrar en calor, en algunos tramos caía agua-nieve o incluso algo de granizo… viento que hacía que la sensación térmica bajara unos grados más… y ya estábamos a 5 bajo 0, según marcaba el reloj; decidí aumentar un poco el ritmo, más que nada para generar más calor dentro de mi cuerpo calado de agua y poder así tener otras sensaciones “más confortables” si se puede llamar así.
En un momento vi el reloj. A lo lejos se podía ver el avituallamiento alrededor de un kilómetro aproximadamente; desde hace unos 5 minutos, iba adelantado unos 400 metros del corredor francés y del mexicano… fue aquí cuando miré para atrás, vi esa distancia y me dije “en el avituallamiento paro a cargar un poco de agua y ataco hasta meta, hasta donde den las fuerzas”.
Y así fue. Mientras yo casi salía de avituallamiento llegaban ellos dos: salí como si no hubiera un mañana, quedaban 15 km a meta y tenía que intentarlo… seguía lloviendo sin parar, viento, frío…al aumentar el ritmo parte de mi cuerpo entró en calor, sobre todo el pecho que era lo que más me preocupaba (soplaba dentro de la chaqueta impermeable para generar una bolsa de aire caliente dentro de mi).
Creo que, sobre todo el corredor francés, no se lo esperaba… hubo tramos que donde “se podía correr” mi reloj marcaba ritmos de 4´20/km con mochila, con todo ese aguacero…la verdad que me encontraba muy bien y había que aprovecharlo para aumentar la diferencia de tiempo con el segundo clasificado y tener más margen de error o cualquier imprevisto, para el cuarto y quinto día.
Miraba para atrás de vez en cuando y no veía a nadie, tan solo me decía “no aflojes, mantén el ritmo, bebe, hidrátate, come algo, sigue con energía” …los km iban pasando hasta que a lo lejos pude ver la llegada a meta de esta etapa; no aflojé hasta cruzar la línea, cada segundo cuenta.
Casi 11 minutos más le pude arañar al crono con respecto al segundo clasificado, así que nada más terminar la etapa, no podía ni articular movimiento con los dedos de las manos por todo el frío pasado, ni para coger la cremallera de la chaqueta impermeable y poder bajármela… a duras penas pude cambiarme de ropa y quitarme las zapatillas; una de las cosas que más me preocupaba del día de hoy era que el saco de dormir llegara seco porque si no iba a ser un gran problema… todo bien cuando pude comprobar todo el equipo del interior de la mochila.
Así que tarde intensa la que esperaba; tocaba hacer labores de campamento, secar la ropa, airearla, revisar que todo estuviera bien, aunque mojado, pero con garantías de poder seguir.
Ropa seca, comida caliente, hidratación toda la tarde ya que había bebido poco durante la etapa de hoy, y a la espera del briefing de por la tarde e intentar recuperar lo máximo posible para el cuarto y temido día de los 70 km.
Me fui al saco pegando un buen golpe sobre la mesa en la competición a falta de tres días y sobre todo, los días más importantes que estaban por llegar: en total unos 20 minutos de diferencia con respecto al segundo y más de 1 hora y 30 minutos con el tercero.
¡La jugada salió bien, ahora tocaba descansar y mañana día de los 70 kms, pegarme tanto al 2º y 3er clasificado y ver sus movimientos…que carrera! ¡Ni un segundo para respirar y poder relajarte!