Decidido: rumbo al refugio Jou de los Cabrones y parada para descansar para los próximos días; valoré alargar este día a una ruta más larga, pero con la previsión de buen tiempo para toda la semana y con lo que llevaba ya en el cuerpo, no era necesario meterse otra “paliza” innecesaria.

 

Por delante desde Puente Poncebos, alrededor de 12 km hasta la llegada al refugio, todo iba a ser desnivel positivo así que, con calma, disfrutando de la subida que seguro iba a ser larga y divertida. En total fueron en esos 12 km, 1.910+ y 124- acumulados en 4 horas y 45 minutos.

 

Siguiendo la ruta marcada hasta justamente el puente que aparecen nuevamente los carteles que te direccionan hacia Bulnes, Pandébano o refugio Jou de los Cabrones, es una subida tendida sin apenas dificultad técnica; desde ahí, dirección al refugio, ya nos metemos en terreno puramente montañoso y las pendientes son más pronunciadas.

 

Subida exigente, larga, por el Canal de Amuesa y cuando parece que estamos cerca y que justo detrás de unos macizos puede estar nuestro refugio… seguimos subiendo. Miras hacia atrás y ves todo el valle que has subido a tu espalda y aparece ese “corte” característico del canal que separa dos montañas. La verdad que todo canal en cualquier sistema montañoso es una pasada poder verlo desde arriba o desde abajo del todo.

 

Poco antes de llegar al refugio existen unos pasos o trepas que están aseguradas a la roca con cuerdas y cadenas; son pasos tanto en vertical como en horizontal, con cuidado asegurando bien los pasos no tiene mayor dificultad, buenos pies, buenos agarres… pero bueno, al final de todo estas solo y tiene su “puntito” de tensión por el qué puede pasar.

 

Sin más, dejamos el canal detrás nuestra, los pasos asegurados y nos metemos en un canchal de piedras hasta que a lo lejos ves ya el refugio Jou de los Cabrones, nombre que deriva de los machos cabríos de gran tamaño que existieron en los Picos de Europa en tiempos pasados, conocidos como «mueños«, hoy ya desaparecidos. Refugio a 2.034 metros de altitud, catalogado como el refugio de montaña más aislado de España, sus aledaños se encuentran rodeados de altas cumbres y bellas ascensiones de todo tipo de dificultad: Cuetos del Trave, Albos, Dobresengos, Pico y Agujas de los Cabrones, Torre Cerredo con sus 2.650 metros es la cota más alta del sistema Cantábrico, la Bermeja, la Párdida, el Neverón de Urriello, etc.

 

Labores de “campamento”… el tiempo no pasa si no tienes nada que hacer: secar la ropa, airear el interior de la mochila, lavar calcetines y tender la ropa sobre una roca, ver el mapa, trazar el recorrido del día siguiente, observar todo lo que te rodea, pequeños paseos alrededor del refugio, buscar las mejores fotos del lugar, tumbarte sobre la hierba… así se pasó el día. Tenía la opción de ir hasta el refugio Urriellu a dos horas desde donde me encontraba, al pie del Picu Urriellu o Naranjo de Bulnes, pero preferí quedarme allí, estaba muy a gusto y no me apetecía, descansando de los días anteriores y cargando energía para los próximos días.

 

Lugar frío, duro, exigente… el refugio es fiel reflejo de todo lo que le rodea. No dudé en ningún momento en pasar la noche fuera del refugio; en un principio mi idea era tender la esterilla, el saco y pasar la noche al raso… pero a medida que oscurecía, una densa niebla acompañada de mucha humedad… no iba a ser una noche tan placentera como esperaba. Sin problema, opción dos… dentro de una tienda de campaña y a disfrutar del silencio de la noche, del sonido de los animales comiendo y pasando alrededor de la tienda, un lujo poder estar ahí rodeado entre emblemáticos picos de montaña.

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