AERODINÁMICA Y CICLISMO: TODO SUMA
La optimización aerodinámica consiste en ir sumando detalles. Hoy en día tenemos a nuestro alcance unos avances tecnológicos inmejorables a la hora de diseñar el material deportivo con un único objetivo: buscar el mayor rendimiento posible de un casco, un mono integral sin costuras, unos pedales, las ruedas, mil etc.
Un 3% de aquí, un 6% de allá, un 2% por aquí y un 1% de esto otro… al final nos podemos juntar con mejoras cercanas al 10% en nuestro tiempo final y del rendimiento. Por poner un ejemplo de este 10%, en 180 km, triatlón, en distancia IRONMAN puede ser un buen puñado de minutos de manera “gratuita”.
¡Cuidado!, el que llevemos a la última todo nuestro material deportivo no significa que va a suplir horas de entrenamiento, de esfuerzo y pulverizar el crono. ¿Todo ayuda?… si, pero es tan solo un aporte más a mejorar nuestras capacidades.
Siempre se ha dicho que uno de los mayores enemigos para un ciclista es sin duda alguna el viento; una ligera brisa en contra supone que tengamos de doblar nuestro esfuerzo para intentar mantener la misma velocidad. La resistencia al viento es la mayor fuerza que el ciclista tiene que vencer cuando circula en llano.
Optimizar la aerodinámica debe de ser una prioridad para cualquier ciclista o triatleta competitivo, sin olvidarnos de los estudios biomecánicos, la postura cuando realizamos cualquier práctica deportiva, el fortalecimiento de nuestra musculatura para esfuerzos posturales prolongados y mil etc. de los que siempre hago mención.
MATERIAL DEPORTIVO: EL CASCO
¿Merece la pena invertir dinero en diferente material? Ruedas, bidones, cascos, componentes de la bicicleta (cuadro, bielas, neumáticos, etc), ropa… como he comentado antes, 100% sí.
Los cascos son un quebradero de cabeza para cualquier ciclista/triatleta, ya que existen infinidad de modelos y marcas en el mercado. El ideal será el que mejor se adapte a nuestras necesidades fisiológicas (cabeza, cuello, espalda, etc.) y que nos haga sentir que el casco no es un engorro, al revés, forma parte de nuestro cuerpo y que no tengamos molestia alguna al utilizarlo o pesadez.
En cualquier caso, cualquier casco aero siempre nos hará ganar tiempo respecto a un casco convencional lleno de agujeros. Para que nos hagamos una idea, en un casco aero se miden mejoras en torno al 5% o incluso algo más, refiriéndonos al tiempo empleado sobre la bicicleta. En 40 kilómetros, el tiempo ahorrado será entre los dos minutos y los dos minutos y medio.
Respecto a los cascos podemos decir que no sólo la comodidad es importante, también la ventilación que puedan tener, ya que en días muy calurosos pueden llegar a ser un problema. Imaginemos 180 kilómetros en un Ironman a 35º C de temperatura con un casco muy aerodinámico pero con poca ventilación, y pasar 5,6,7 horas así en el segmento de bicicleta.
Al final, si queremos competir en diferentes partes del mundo con diferentes climatologías como pueda ser calor, viento, humedad, frio, etc… tendremos que tener en nuestra casa una pequeña “tienda de deportes” para poder elegir el necesario para cada ocasión/situación.
Tener elementos aero, no nos garantiza llegar al 100% del rendimiento si no sabemos utilizarlos; en este caso, en los cascos, estéticamente queda espectacular salir a competir con nuestro casco aero tope de gama con la parte trasera (cola) larga, pero ¿realmente dominamos la técnica de la colocación de nuestra cabeza y en relación a ella, a nuestra postura en la bicicleta? Si es así, adelante con este casco. Por el contrario, estaríamos haciendo un flaco favor a nuestro rendimiento y, sobre todo, aparecerían las molestias durante la prueba en cuello, hombros, trapecios, espalda…
¿Por qué? No poder mantener durante “X” horas la cola del casco bien posicionada atrás, provocaría una penalización en nuestro rendimiento, ya que al mover la cabeza y que esa cola se levante como se puede ver en la fotografía, haría un efecto contrario a lo que perseguimos: la aerodinámica, y el llamado “efecto vela” haría acto de presencia ralentizando nuestro avance.
Así pues, la elección del casco aerodinámico dependerá del dominio que el ciclista tenga de su postura en la bici y de la técnica de pedaleo. Creo que es mejor ir cómodo, menos agresivo a nivel postural y no tener que cambiar mucho de posición, a tener una posición muy radical, no dominarla y cada 20 minutos tener que levantarse porque no aguantamos más la postura… salvo, que domines la posición y no sea un problema para ti.
Tenemos en el mercado numerosos cascos que se adapten a nuestras, no sólo necesidades, sino también pararnos a pensar por un momento en qué nivel estamos de profesionalidad o de nivel físico para afrontar una prueba y tomar así la decisión de en qué casco invertir nuestro dinero.
A veces cuando las cosas no salen como esperamos, echamos la culpa al material que utilizamos. El material es un ser inerte, somos nosotros quien lo elegimos acertada o equívocamente… las ruedas no tienen la culpa si en un día de competición de mucho viento elegimos una rueda trasera lenticular… por ejemplo, pero si damos prioridad a que la bici queda más bonita con este tipo de rueda… mal vamos.
Antes de la competición tenemos meses de preparación, meses donde en nuestros entrenamientos estamos en “contínuos test” de nuestro material y poder decir y valorar, esto si… esto no, aquí puedo tener un problema, aquí iría cómodo y seguro, y poder decidir al 100%.
¿QUÉ CASCO ELEGIR EN COMPETICIÓN?
Siempre nos surge la duda cuando preparamos el equipo para afrontar una competición sobre qué casco llevar. Va a depender de muchos factores, como la climatología, nuestro estado de forma para afrontar la prueba, sensaciones al probar los cascos durante los entrenamientos, comodidad, ventilación, etc…
Pero sobre todo tener claro cuál es el casco que elegimos, porque el día de la prueba no podemos pensar durante la competición…“debía haber elegido el otro”.
El casco convencional es muy fácil y rápido de poner, cómodo, transpirabilidad muy buena, etc. pero quizás cuando vas acoplado en un tramo rápido del segmento de bici en triatlón, sientes como el aire se estrella contra la cabeza…”debía de haber cogido el casco aero”…
RESISTENCIA AERODINÁMICA
¿Quiénes de vosotros ha escuchado alguna vez?…”tú, súbete a la bici y limítate a dar pedales”, la verdad es que no ha cambiado mucho esa frase típica e histórica hasta nuestros días, pero con la salvedad, eso si, de que a día de hoy nos subimos a la bici y damos pedales si… pero vemos si nuestro bidón es aero y se acopla perfectamente a nuestro cuadro, donde llevar unos geles pegados en el cuadro de nuestra bici para ofrecer menor resistencia, nuestra ropa si tiene costuras o no, o si el mono de contrarreloj ofrece una silueta donde la entrada del aire salga por el “dibujo/hendidura” de la costura baja de la zona dorsal, las manetas de freno que no estén redondeadas y que sean aerodinámicas en su corte, los pedales, las ruedas, las zapatillas, el casco, los cuadros, las zapatas de freno que estén escondidas para evitar la resistencia contra el viento… ¿cuántas cosas verdad?, llegado a este punto, se convierte en una auténtica locura comprar una bici para intentar llevarla lo “más aerodinámica posible”.
Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto?, ¿merece la pena invertir dinero (que al final es mucho dinero) en otras ruedas, otro casco…? En mi opinión, si al 100%. No son respuestas fáciles ya que los contínuos avances, estudios y cambios que hay al respecto dan más de un quebradero de cabeza a todos los ingenieros que se dedican a este sector, ya que cada año surgen novedades.
Una de los primeros aspectos que debemos de tener en cuenta es que el comportamiento del aire contra el que chocamos no es siempre el mismo. La resistencia aerodinámica con la que nos enfrentamos no es una fuerza constante sino que aumenta de manera exponencial con la velocidad; lo que es lo mismo, a mayor velocidad, la resistencia que debemos vencer cada vez es mayor.
Por este motivo la optimización aerodinámica es tan importante, ya que según nos coloquemos contra el aire va a determinar en gran medida nuestra resistencia aerodinámica y, en consecuencia nuestra velocidad.
Un ejemplo sería las bicis carenadas donde el ciclista va tumbado; el record del mundo está en 133 km/h… se alcanzan estas velocidades porque la aerodinámica de la bici es mucho mejor que las que tenemos en nuestras bicis convencionales. Podemos decir que rodando a más de 35 km/h, la diferencia entre ir en una posición típica de ruta (manos en las manetas) y una buena posición aerodinámica (triatlón) puede suponer un ahorro de hasta 100w para ir a la misma velocidad.
COMPONENTES DE LA RESISTENCIA AERODINÁMICA
LAS TRES FUERZAS A VENCER
El grosor de las cubiertas, aunque siempre la tendencia es a usar cuanto más fina mejor, no penaliza tanto en el rozamiento; no por tener ruedas más finas el rozamiento con el asfalto es menor.
O la presión de las cámaras, pensando que llevarlas al máximo es lo más aconsejable. Creo que en la situación de un pequeño bache, lo que haríamos sería botar en cada bache en vez de rodar (se recomienda que tanto tubular como cámara meter 9 kg de presión, pero ya es a gusto y sensaciones de cada uno).
NUESTRA POSTURA SOBRE LA BICICLETA
Si prestamos atención en nuestra posición, seguro que nuestro bolsillo saldrá ganando. Nos obsesionamos a veces con llevar los mejores materiales y las últimas tendencias descuidando a menudo la parte biomecánica de nuestra posición en la bicicleta.
Tenéis aquí una pestaña en la web sobre el papel fundamental de la biomecánica en diferentes disciplinas deportivas; os invito a que le dediquéis vuestro tiempo para poder así complementar este artículo sobre la aerodinámica en la bicicleta y el distinto material que portamos.
Como sabemos, aerodinámica – comodidad – posición no van unidas de la mano. No nos sirve de nada si adoptamos una posición, por muy aerodinámica que sea, que nos provoque molestias o dolores que nos impidan rendir al 100%. Es frecuente ver en triatletas que no son capaces de mantener la posición acoplada durante el tiempo que dura el segmento de bicicleta.
La “posición más rápida” siempre tiene que ser una posición que se pueda mantener durante el tiempo que dure la competición. Se habla en muchas ocasiones de la falta de flexibilidad para adoptar una posición “tumbada” sobre la bicicleta, y en mi opinión no es cierto. Lo que hace falta sería trabajar la fuerza, evitando así ese déficit, y en concreto, las diferentes manifestaciones de la fuerza, como la fuerza isométrica, en diferentes aspectos posturales o musculaturas donde la “intervención postural” participe en un tanto por ciento muy elevado, ya que van a participar en nuestra posición en la bicicleta durante no sabemos cuántas horas, intensidad durante el ejercicio y contracción muscular (tríceps, dorsal, hombros, glúteo, zona lumbar, etc) y poder así generar tantos watios de potencia en dicha posición.
CONCLUSIONES FINALES
Podemos ver que hoy en día con la infinidad de material deportivo que existe en el mercado, es fácil caer en la tentación de comprar material que no nos vaya del todo bien.
Asesorarnos con la ayuda de buenos especialistas en la materia, o tener las ideas claras fruto de nuestra experiencia, será clave para la elección de un material u otro, ya que es nuestro dinero y una inversión importante que tenemos que hacer para que salga todo bien y podamos disfrutar, y sobre todo acertar, en nuestra elección con vistas a nuestros entrenamientos y/o competiciones.